Luchando juntos para lograr que la vida de nuestros tesoros y familias, sea más fácil.


viernes, 1 de agosto de 2014

"Soy madre de dos bebés gemelos y prematuros"

Nuestro primer testimonio viene de la mano de una mamá, Belén, mamá de Mateo y José Manuel que con cierto toque de "humor" y destreza nos cuenta su experiencia de bebés prematuros nacidos en el Hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres.


"Mi nombre es Belén. Soy madre de dos bebés gemelos y prematuros.

En este momento es cuando la mayoría de la gente pone cara de “ooohhh...uffff...vaya...pobrecitos”. Y no los culpo. Yo misma antes de que Mateo y José Manuel (mis hijos) me enseñaran este mundo de la prematuridad, cuando me hablaban de bebés prematuros me los imaginaba entubados, pesando como mucho un kilogramo, y en medio de una incubadora enorme que los hacía aún más pequeñitos. Nada que ver con el bebé rollizo y rosita que nos enseñan en los anuncios de pañales.

Y aquí es cuando la gente te “anima”: “ah, tu por eso no te preocupes, mi vecina tuvo prematuro y a los pocos meses ya era un niño normal”. ¿¿Cómoooo? ¿¿A los pocos meses?? ¿¿Y antes no era normal?? ¿¿Y cómo fue el proceso hasta ser normal?? Y te vas a que te lo conteste el que más sabe: Google. Y ahí vuelven las fotos de los bebés entubados, de menos de un kilogramo. Y te entra una desazón que te acompañará casi hasta que el bebé sople su primera vela.

Pero no. El bebé prematuro es un bebé “normal”. Más pequeñito, más delicado, pero normal. Llora cuando tiene hambre y mueve sus manitas con sus cinco deditos. Normal.

Los primeros días fueron duros. La incomodidad ( y dolor) de la cesárea, las hormonas que te hacen pasar de la risa al llanto (sucede, sí, y te sientes culpable por no ir dando saltitos felizmente sobre las nubes cual anuncio de compresas), el ver a tu bebé en una situación con la que no contabas y preguntándote si durante el embarazo habrás hecho algo mal que le haya perjudicado. Porque todo eso nos sucede. Y no nos pasa nada raro, aunque a veces nuestro entorno no nos comprenda del todo. Y se acentúa cuando llegas a casa y miras su cuna...vacía...y sabes que él está perfectamente cuidado, pero necesitas acunarlo, olerlo, protegerlo...

Y entonces te vas a su habitación. Miras su ropa y piensas “madre mía, todo esto le va a quedar enorme”. Y realmente le queda enorme. Compras ropa para prematuros (aquí lanzo la pregunta del millón: ¿por qué es tan carísima la ropa de prematuros? ¿acaso la diseña Armani?? ) y llega el día en que le queda pequeña y tu lo gritas al mundo:

-“pues parece que va a llover...”

-“pues no se...pero a mis niños ya le va quedando pequeña la ropa de prematuro oeeeoeoeoeee !!!”

-“.....”

Todos los bebés tienen que reforzar sus defensas y eso conlleva una serie de precauciones. En el caso de los bebés prematuros, eso se traduce a “mételos en un búnker blindado y cuando veas que les va saliendo barba, ya pueden salir”. Claro que hay que tomar precauciones, pero también hay que salir a pasear, no arroparlos como si la casa fuera un iglú, ni obsesionarse con la idea de que el bebé puede coger cualquier virus que pulule a 500 km a la redonda. Aquí el sentido común es el que debería decidir, pero tarda en hacerlo...más o menos hasta la primavera siguiente, cuando ya no hace frío.

Hoy Mateo y José Manuel tienen casi seis meses y puedo contar su pequeña historia con un poco de humor. Porque están sanos. Porque la experiencia fue a veces difícil, pero la vivimos sin dramatismo, y eso nos ayudó y les ayudó.

Y ahora vamos por la calle y sí....a veces...muchas veces...voy dando saltitos sobre las nubes."

 Mateo y José Manuel con un mes de vida

2 comentarios:

  1. Yo también soy mami de gemelos. Por suerte nacieron con el peso suficiente como para traérmelos pronto a casa, hoy hace ya 4 meses y medio. Qué gracia cómo lo cuentas. Óle las supermamis :)

    ResponderEliminar